Los tratamientos médicos estéticos basados en el uso de implantes y rellenos han crecido notablemente en los últimos años, gracias a que permiten lograr resultados cada vez mejores con menos invasividad. Es decir, sin necesidad de pasar por el quirófano.
La Argentina está entre los países de vanguardia en este tipo de intervenciones y hasta se cuenta ya con productos nacionales que nada tienen que envidiarles a los importados, según afirman cirujanos plásticos como Héctor Gómez y Aldo Minnozzi, ambos de Buenos Aires. El país promedia la tabla del top 25 de la Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos Estéticos.
Los rellenos con ácido hialurónico, con más de dos millones de aplicaciones anuales en el mundo, están en el segundo lugar en cuanto a tratamientos estéticos miniinvasivos y representan el 22,5% de este tipo de intervenciones.
Hoy son un procedimiento mucho más usual que la cirugía de aumento del busto, de la que se realizan 1,5 millón de operaciones en el mundo.
Los implantes y rellenos se emplean para borrar arrugas o estrías, aumentar pómulos, mentón, y glúteos, o para hacer desaparecer las huellas de la celulitis, la flaccidez y otro tipo de consecuencias del envejecimiento de la piel.